miércoles, febrero 08, 2006

Capítulo 15: Pólvora

Hamurabi, más conocido como "el perro", estaba preocupado, aquellos dos hombres que habían subido al barco eran sin duda sospechosos en cuanto menos, no obstante la orden de haberlos dejado pasar venía de arriba, de muy arriba. Los lobos no podían ser desobedecidos, gracias a su ayuda "el perro" había conseguido grandes victorias a lo largo de la costa del viejo mundo, adjudicándose un buen número de colonias, ahora le tocaba a el responder ante su representante. El porque un grupo tan poderoso hacía acto de presencia a traves de aquella mujer era algo que desconocía, hasta que realmente se había fijado en ella, la mujer erradiaba fascinación y odio, vestía extraños habitos, unos pantalones que se adherían a la figura con un vestido que la cubria de pies a cabeza y un corte en la falda hasta la cintura, portando una extraña arma a la cintura. No obstante ahora no está en esta habitación, pensó relajado.

Un destello rompio la oscuridad y el estruendo de un cañonazo lleno la habitación, los guardias sobresaltados se giraron hacia su señor.
-- ¿Qué demonios ha sido eso?- preguntó alterado el perro al tiempo que se levantaba para salir a cubierta.
-- Parece que hemos disparado un cañon debe haber sido algun tipo de accidente.
Cuando Hamubari llego a cubierta y escruto su entorno se dio cuenta de todo. Una caseta del puerto estaba en llamas y la campana de alarma resonaba en todo la ciudad, alguien había simulado que atacaban el puerto, lo cual les iba a traer graves problemas.
-- Buscad a nuestros invitados y la mujer, quiero que repondan ante mi presencia,- le dijo a sus diestros guardias, estos asintieron y desenvainaron sus enormes cimitarras. El perro respiro hondo y se preparo para dar ordenes.
-- ¡¡¡Hombres del coloso a sus puestos de combate!!!, ¡¡¡ Desplegad las velas, timonel saquenos de este puerto!!!.-- Si actuaban rápido podrían huir del puerto antes de que les perseguieran, deberían abandonar a su suerte a los marineros que se encargaban del reaprovionamiento pero sino lo hacían los condenaría a todos.
-- ¡¡Barco enemigo a la vista a corta distancia mi señor!!
Ahora no cabía duda era un trampa, era imposible que ningun barco pudiera haberse preparado para la batalla a esa velocidad, en ese momento sus cañones escupian humo y un enorme aparato parecido a un grifo fuego de una extraña textura, les habían pillado por sorpresa. Hamurabi decidio hacer lo que hubiera hecho cualquier hombre, si morir era su destino al menos no se iría solo al mas alla, al menos los tres causantes de aquel desastre iban a pagar por aquello.

Akil y Cuchillo acabaron de amontonar barriles de polvora y prepararón la mecha, la explosion no dañaría en exceso el casco pero sería el inicio de un buen incendio, encendieron la mecha y se dirigieron hacía la cubierta con la esperanza de que la confusión les permitera escapar de allí a toda velocidad. Los barriles explotaron con un gran estruendo y llenaron de humo la habitación en la que se hallaban, cuando el humo se hubo despejado un poco y los ojos dejarón de llorarles vieron que había alguien más en la habitación, portaba una extraña arma y sus ojos relucían como el atardecer.
-- Akil sigue tu, esto es cosa mía-, dijo Cuchillo al tiempo que avanzaba hacía ella y extraía sus dos machetes de la espalda.

1 Comments:

Blogger Bru Ponç said...

Megazor la batalla épica uqe tiene que suceder ahi!

Por cierto ¿La mujer de los Ojos es la Loba?

Siento no centrarme en ese combate,yo aun no he escrito casi nada de la mujer; pero ya es hora de que resuenen los cañones del Rapsodia y el Coloso. Guerra!

2:21 p. m.  

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